POEMAS MARITIMOS

HOMBRES DE MAR (poema)

  Hombres de mar.

El hombre de mar, de naturaleza peculiar,
es capaz de navegar con valor extraordinario
contra corriente, entre vientos huracanados,
manejando su navío contra viento y marea,
sin escorarse, sin ir a la deriva, capeando el temporal
con maniobras arriesgadas, hasta avistar un lugar seguro…
El hombre de mar cuando regresa a su puerto,
suspira melancólico por salir a navegar de nuevo,
espera la luna llena para volver a la mar,
preparado para absorver su luz a su mismo ritmo,
soñando con la aurora sobre el silencio
de una isla paradisíaca con rompientes de arrecifes
donde poder tumbarse sobre la arena,
viendo en lo alto las aves marinas despegando
empujadas por vientos alisios…
El hombre de mar continuará navegando sin contar los meses,
entre msericordiosas ocupaciones
manteniendo vivo su sueño de morir en la mar,
embriagado con su dulce brisa
o con el viento rebelde que levanta olas salvajes…
No hay marco ni lindes en su enfilar…
¡Navegante de alta mar,
ya has hecho tu camino al navegar!

─ Angustia mortal… ¿Escuchas mi voz?…
Así será, hasta que llegues a tu último puerto
donde los marineros que navegan por la mar,
los que como tú hicieron su propio camino
sin cruzar la fina línea que separa lo sublime de lo absurdo,
como seres gigantes fortalecidos
que desgarran una luna abatida,
con recuerdos fragmentados,
para observar las estrellas…
Piensan que del océano
obtienen más de lo que merecen y necesitan,
y mantienen su feliz apasionamiento
convencidos de que en ese mundo infernal
sólo hay una cosa que adorar: la mar.

─Agonía permanente … ¿Escuchas mi voz? …
Ya no recuerdas los naufragios sufridos, yo sí,
más de tres, que no es mucho habiendo dado
tantas veces la vuelta al mundo en tu barco,
eres un veterano superviviente con matrícula de honor. 
Pero ahora tú,  mi navegante, estás perdido,
a expensas de elementos que rugen, olas encrespadas,
ensordecedoras, fieras que azotan tu embarcación,
y tú, mi navegante, estás tumbado de espaldas,
sin poder moverte, viendo tu barco a la deriva,
sin poder hacer nada, y sintiendo la muerte próxima…
Mi navegante se prepara para su último viaje,
levanta la vista hacia el cielo
y llega a ver nacer la luna,
imaginando estar ante el señor de las profundidades.
Reza una oración mortuoria, y se deja llevar
como blanca ave marina posada en una vela.
Mi navegante solitario siente el empuje de las olas
que lo quieren arrastrar más allá de donde brilla el sol,
más allá de la senda negra donde todos los náufragos
esperan la llegada de los vientos alisios…

─Hades… ¿Escuchas mi voz? …
Mi navegante solitario,
éste va a ser un viaje con la proa hacia el sur,
y vas solo en tu mundo de popa y proa,
ahora eres un navegante repentinamente viejo,
repentinamente cano, repentinamente cansado,
que sólo escucha el soplar del viento,
y el rugir de olas hostiles con crestas gigantescas,
agarrado a una botella de whisky sin etiqueta,
inmóvil, sin aflicción alguna,
sintiendo como tu espíritu se rinde humildemente
ante la realidad de una batalla que no puedes ganar
al inmenso océano amenazante.
Y mi navegante pasó así diez noches y once días,
cruzando sólo con su mirada el azul cielo,
reconociendo los Astros y el Zodiaco,
el Zenit,  el Sol y la Luna, la Polar,
en plana o bajamar, dispuesto a llegar
donde los demás le esperan…

─Poseidón… ¿Escuchas mi voz? …
¡Déja que llore mi tristeza sobre los océanos del Sur y del Norte!






Marinero Inutil

El mar, las olas y
la espuma bajo el sol,
no percibo si viene
o si da vuelta;
es inútil predecir
el curso de mi viento,
el barco ha encallado,
desafiando la calma
de la bahía.

Rompió las velas
y las normas en
la arena de la playa,
¿Qué pide, corales para
ilustrar la costa
a su manera?
El mar, no percibo
si viene o si da vuelta.

Está agitado,
se escuchan la voz
de las gaviotas y
el amanecer del tiempo,
el mar, no percibo
si viene o si da vuelta.

La noche y
el miedo a encallar,
!Marinero inútil!
La memoria azul
busca una playa
donde reclinar la vida.

! En el mar,
recinto de
todos los puertos,
de ondas espléndidas,
sonoro rebramar,
navegaré por siempre!

 

 

 


 Noche de Puerto

 Rumores apretados,
violines llenos de
nuevas expresiones,
bares, besos,
botellas que suenan,
gargantas alrededor,
tonalidades de la noche.

¡Ah las bocas
voluptuosas y frágiles!
algún día las desearé…
algún día
¿Cuándo?
Todavía no lo sé,
día tan seguro.

Miedo de cerrarse
con llave uno mismo,
noche de puerto en
que vuelvo los ojos
hacia el cielo nublado,
sensación de aire pesado,
con la carga de
los días muertos.

Peces robados
a la cuenca del delta,
pitazos en la niebla
de un amanecer suave,
cuando despierto,
los relojes marchan
al ritmo de la sequedad
de la boca.

 

 

 

 

 

Pescador de sueños...

 Suave murmullo del viento,cargado de la humedad, 

 de la sal de los Mares,del olor de sus habitantes,dime,tú qué sabes de lo que hay más allá de estas costas,más allá de este pueblo costero y trashumante,de estas tierras,cuéntame de las historias que entretejes en jirones de nieblas y nubes,de exóticos lugares y de gentes lejanas,extranjeras,cuéntame de sus costumbres de su vida y su Historia,de nuestros eternos parecidos y nuestras insalvables diferencias,mientras navego por estas aguas de las que no me alejaré jamás,que a los nuestros debe su sustento,que siempre nos habrá de alimentar,alejándose únicamente,en la luz de la noche de estas conocidas costas,mi mente,en alas de Morfeo,agitadas por el ténue viento de tu voluntad...

 

 

 

Mar, muero

 Mar, muero

Mar, siento que muero,
se extingue mi energía,
me siento prisionera,
¡Si fuese ave mensajera!

Mar, regálame tu fuerza

para seguir viviendo,
para seguir perdonando
al que me ofenda.

Mar, Dios me dio alma de rosa

el mundo la volvió de roca
y es tanto lo que pesa
que el pecho me sofoca.

Mar, regrésame la calma,

que al regresar al mundo
de espuma sea mi alma
y tu fuerza sea mi escudo.

 

 

 

 

Susurro al viento

 En el aire siento

Un susurro al oído

A lo lejos son las brisas

Del mar que me dicen

Olvida a ese amor

Que te esta causando tanto daño.

Las olas del mar

Me descifran algo

Escucho en el silencio

Las olas del mar

Que dicen no derrames

Tantas lágrimas por quien no te ama.

Al mirar hacia el cielo

Veo en una nube

Formado un corazón latiendo

Nuevamente

Con las esperanzas

De amar y entregar el amor

Que lleva aquí dentro

En cada latido de mi corazón.

 

 

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Oceánica Hostería

 

Hay algo tuyo en mi suspiro
hay algo mío en tu mirada
aunque fundidos en eterno abrazo
nos alejamos de mala gana
separados por caminos divergentes.

Y sin embargo
te llevo en mi piel como a una carga
me llevas en tu alma como a un pegoste;
divina carga, pegoste excelso:
tu olor me acompaña desde siempre
tu aroma me perfuma para siempre.

Hay un sesgo tuyo en la oblicuidad de mis delirios;
hay un algo mío en tu tristeza tangencial.
Aunque no escuches mi voz quebrada y destituida
y aunque no oiga tu voz de auroras y de trinos;
nos abordamos el uno al otro mutuamente
en nuestros sueños que la distancia no ha vencido.

No sé en qué día encallé silente entre tus senos
ni sé qué tarde me hundí frenético en tus ojos,
ni sé qué hago aún varado en las orillas
de tu sonrisa de magia celestial

Hay quienes dicen que soy nostálgico afligido;
hay quienes llaman tristeza a mi estandarte;
el melancólico me nombran mis amigos
y se preocupan porque no puedo amarte
y es que no entienden la profundidad de tu alma linda
y desconocen la calidez de tu oceánica hostería.

 

 

 

 

Barco Fantasma

Navegando taciturno en tus ausencias
re-descubro los canales de tus golfos
reencuentro las orillas de tus playas
donde yacen enterrados los tesoros
que abonaran tus caricias y tus besos
en mi viejo barco naufragado
-galeón que diera mil batallas
y hoy es ya desecho de arrecifes-

Mi respiro en tus pulmones lo he perdido
Y mi aliento se ha hecho presa de tus huellas
ya no quedan sino estelas espumosas
evocando tus cabellos de pleamares
Ni la luna ya se acuerda de mi tierra
ya no alumbra con su plata mi horizonte
ya no deja en mis silencios sus crecientes
ya no mengua ni siquiera en mis ponientes

Solo gatos se avecinan a mi encuentro
esos gatos que descubren sigilosos
el olor de los ratones moribundos
que han parido por alquimia mis pasiones
que han vertido por inercia mis deseos

Este espacio no es espacio...es estrecho
de corales afilados recubierto
este pecho ya no anida ni los vientos
que se quejan -sibilantes sin fronteras-
Este buque ya se ha hundido tantas veces
que no espera ya encontrarte en algún puerto,
es galeón que ha perdido hasta la quilla
y sus velas son raídas por fantasmas
de los días en que tuve entre mis manos
tu piel tersa, tus tesoros y mi adiós
.

 

 


 Piélago

Litoral
de olas salpicando las tinieblas de las rocas,
absorbes del salitre; su potencia corroedora,
vomitándola en secreto sobre desnudas playas..

Arrecife
de cuevas y escondites pululantes de vidas,
desbordas en las branquias el respiro de tus peces,
concediéndolo en secreto a las ecuóreas aves.

Más allá de las olas,
donde nunca duerme el aliento,
las sirenas nos encantan con sus cantos encantados
y ese barco desdibujado al horizonte
es mi alma que se aleja de mi vientre,
persiguiendo tus secuelas de tormentas y silencios.